
Con
su participación y actuación en la reunión de ayer, staj se confirma
como cooperador necesario del golpe a la democracia en Mugeju
Desde CSIF valoramos positivamente la decisión de ccoo de no asistir a la reunión.
No obstante, seguimos pensando que la única posición coherente es la de
dejar en evidencia a la Gerente y a la Ministra de Justicia no
aceptando los nombramientos realizados.
Para CSIF, como sindicato mayoritario en la Administración de Justicia,
hubiera sido más cómodo aceptar las tres designaciones con las que nos
quiso “obsequiar” la Gerente y “colocar” a nuestros representantes en la
Mutualidad, pero escogimos el camino más difícil: el que restituye la
dignidad de una institución como la MUGEJU y la de todos sus
mutualistas, y el que, además, es coherente con nuestra defensa de la
elección democrática de los órganos de control de la Mutualidad. Y lo
hemos hecho, renunciando a los nombramientos y recurriendo la orden de nombramientos “a dedo” del nuevo Consejo General.
Capítulo aparte merece la servil posición de staj en todo este proceso.
Una vez más se demuestra que la independencia que pregona este
sindicato sólo es de palabra. ¿Cómo se puede decir, sin sonrojarse, que
se está en contra de la eliminación de la democracia en la MUGEJU
mientras se está aceptando, el “dedazo” puro y duro en las designaciones
a miembros del Consejo General y se están ocupando sillones en la
Comisión Rectora tal y como ha sucedido hoy?
Pero es que, encima, sin ningún rubor, staj intenta justificar su
penosa conducta, “vendiendo” como propia una propuesta presentada por CSIF
en la Comisión Permanente. Si la Gerente ha podido anunciar la puesta
en marcha del programa de cribado para la detección precoz del cáncer
colorrectal, es porque CSIF lo pidió hace varios meses.
Un sindicato como staj que no presentaba candidaturas en todas las
circunscripciones electorales en las elecciones a MUGEJU, un sindicato
que calla servilmente ante el escándalo de las relaciones de puestos de
trabajo impuestas desde la Gerencia, un sindicato que cambia
“servilismo” por “sillones” no está en disposición de representar, como
pretenden, a todos los mutualistas y, ni mucho menos, puede dar
lecciones de ética ni de independencia ni de pureza a nadie.
CSIF va a seguir defendiendo los intereses
de los mutualistas como ha venido haciéndolo a través de los
compromisarios que hemos venido avalando en el pasado.
Cualquier mutualista tiene derecho a dirigirse a la Mutualidad para
pedir nuevas ayudas, modificar cuantías de prestaciones, exigir que se
firmen los convenios rurales, la gratuidad de las recetas para los
jubilados o que se corrija el abuso en la interpretación del concepto de
“urgencia vital” para justificar el uso de medios no concertados. Pero
es que, además, gracias a la ley de transparencia, cualquier mutualista
puede pedir que se le facilite información sobre la gestión de la
mutualidad.
CSIF va a seguir trabajando como hasta ahora para
canalizar todas las propuestas, quejas, requerimientos y sugerencias que
recibamos de cualquier mutualista, sin olvidar que nosotros mismos
también somos mutualistas y que en ningún caso nos sentimos
representados por un sindicato que vuelve a mostrarse poco fiable, que
cambia “servilismo” por “sillones” y que de “independiente” tiene más
bien poco.
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